Internacionalmente se acepta que la formación inicial de los docentes es uno de los elementos centrales para el desarrollo de una práctica docente pertinente, equitativa y de calidad para atender las necesidades educativas de los aprendices de la educación básica en nuestro país. Es uno de los motores centrales en la constitución del magisterio y en algunos casos de la transformación educativa de las instituciones escolares nacionales.
Los planes de estudio de las licenciaturas en educación (2018 y 2021) de las Escuelas Normales (EN) reconocen espacios curriculares directamente vinculados con el enfoque del profesional reflexivo. Para su operación recurren a prácticas de observación, ayudantía y de intervención por parte del alumnado en escuelas destino en las cuales los estudiantes observan e intervienen en distintos espacios, siendo el central las aulas y analizan lo sucedido. Curricularmente se vincula al trayecto formativo 3: práctica profesional y saber pedagógico. Hay varios rasgos del perfil de egreso directamente vinculados con ello, entre los que se encuentran: Evalúa su trabajo docente y el desempeño de los niños y las niñas para intervenir en los diferentes ámbitos y momentos de la tarea educativa y mejorar o reorientar los procesos de aprendizaje desde una perspectiva incluyente; Realiza un análisis crítico y transformador de la propia práctica para generar una docencia reflexiva que replantea el avance y progreso de los aprendizajes de niños y niñas. (DGESUM, 2021).
La investigación se sustenta en el análisis reflexivo de las prácticas docentes para su transformación desde una mirada situada y comprensiva, que trascienda el enfoque normativo, incidiendo en la formación de los estudiantes, docentes, asesores y autoridades que participan en los programas de educación en la Universidad La Salle.